El Primer Foro de Animación Latinoamericana y Caribeña Juan Padrón in Memoriam nace ―no sé si lo saben― gracias a una buena coincidencia: siendo jurados de animación en el 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en 2019, la argentina Paola Becco, el brasileño Cesar Cabral y yo imaginamos poder reunir en Cuba a realizadores del cine de animación en un evento para generar espacios de reflexión y aprendizaje y asesorar proyectos en desarrollo, así como fomentar lazos de cooperación entre los diferentes estudios y especialistas de la industria audiovisual en la región. La amistad que iniciamos entre los tres hizo posible mantener ese sueño, y por medio de correos y chats fuimos madurando la idea —incluso más durante el aislamiento por la pandemia de la COVID-19— hasta que por fin le presentamos el proyecto en 2023 a Tania Delgado, recién nombrada presidenta del Festival.

Un año después, mantuvimos vivo ese sueño al celebrar el Segundo Foro de Animación. Y aunque se desarrolló del 9 al 12 de diciembre, comenzamos a concebirlo ―al igual que el primero― seis meses antes. Todo comenzó cuando, el 12 de mayo de 2024, Tania Delgado nos reunió en su oficina a Lilian Morales y a mí para intercambiar ideas sobre el futuro evento. Lilian se estrenaba como directora de Industria del 45 Festival.
En ese encuentro acordamos un grupo de conceptos preliminares, los cuales caracterizarían esta nueva edición, entre estos el de invitar a más especialistas extranjeros, tener cuatro días de actividades, en vez de tres, dar acreditaciones al Festival a los autores o responsables de los proyectos seleccionados para asesoría, entre muchos otros.

Enseguida compartí con Paola y Cesar la alegría de poder realizar un segundo encuentro, y también esos acuerdos iniciales. Nuestra primera misión fue conformar la nueva convocatoria al evento. Pero ya con la experiencia de la anterior cita demoramos poco en elaborarla, y el 29 de julio le presentamos a Tania la propuesta. Quedaba pendiente para más adelante lo más difícil: idear y materializar el programa de actividades.
Entretanto, teníamos por delante la recepción de las inscripciones para las sesiones teóricas y talleres del Foro, así como de las candidaturas para los proyectos en desarrollo que recibirían asesoría presencial. Ambos procesos siempre generan un gran flujo de mensajes en el correo del evento y en el formulario de Google habilitado para las candidaturas.

Seleccionar los proyectos en desarrollo para las tutorías siempre es sumamente difícil. En esta ocasión se presentaron 46 proyectos, pero, aunque disponíamos de un día más, la experiencia confirmaba que era imposible desarrollar con calidad más de quince tutorías. Y la cantidad de propuestas, con excelentes temas, ideas y calidad artística, es lo que provoca, como es lógico, que el trabajo de selección transcurra entre sustanciosos debates.

De igual manera, la elaboración del programa de actividades requiere conciliar muchas propuestas atractivas, aportadoras a los objetivos del Foro, pero deben aprobarse o descartarse a partir del equilibrio de temas, de las posibilidades de los especialistas invitados y de poder compartir el tiempo de los cuatro días entre las sesiones teóricas y las de asesoramiento.
Cinco meses necesitamos para darles contenido y forma a esos procesos y luego asegurar su materialización. Por eso trabajamos en dos equipos: uno a distancia, con Paola y Cesar, y otro presencial, integrado por los organizadores cubanos, provenientes del Festival, los Estudios de Animación del ICAIC y del proyecto La Manigua. Y yo era el coordinador de ambos equipos. Para facilitar el intercambio de información y preservar los acuerdos, creamos un nuevo grupo en WhatsApp para el equipo de Cuba. Ya existía desde el Primer Foro un grupo integrado por Paola, Cesar y yo. Lo nuevo fue incorporar a este a Larissa Nakashima, una productora y fotógrafa brasileña, cuyo aporte fue crucial en el aseguramiento de muchas tareas.

El resultado de todo ese buen trabajo de preparación fue la base del éxito de este Segundo Foro de Animación. Logramos la inscripción de 54 participantes, y vinieron a Cuba veinticinco especialistas de los quince proyectos en asesoría. Tuvimos el privilegio de tener con nosotros a importantes especialistas del cine de animación, los cuales ofrecieron una clase magistral, una conferencia, seis charlas, dos paneles y cuatro talleres.

Fueron excelentes los talleres de Rosana Urbes, Daniel Rabanea y Osbert Parker. Rosana enseñó los principios de la animación por medio de un modelo en vivo; Daniel, durante cuatro días, enamoró a niñas y niños con la animación en stop motion con papeles y lápices, barro y con sus propios cuerpos; y Osbert mostró cómo crear un videoclip animado empleando cualquier objeto al alcance y al ritmo de diferentes músicas. El carisma, la pasión y el humor de estos tres artistas impregnaron una energía muy singular a estos talleres. Tenerlos fue un lujo.

El Segundo Foro organizó igualmente dos importantes actividades colaterales en homenaje a Juan Padrón. Una de ellas fue la presentación y venta del libro de Aramis Acosta De historietas y animaciones: la vida de Juan Padrón. Y la directora del proyecto La Manigua, Silvia Padrón, ofreció una charla sobre la restauración de los dos primeros cortometrajes del personaje Elpidio Valdés, creado por su padre.
Un entusiasta público —y un gran jurado— de niñas y niños de la comunidad La Timba, en La Habana, protagonizó la exhibición y premiación de diez cortometrajes latinoamericanos. Esa fue una actividad nocturna del Foro muy emotiva, que se realizó en el anfiteatro de la escuela Gustavo Pozo. Meritorio trabajo de Silvia Padrón, que se anticipó a un corte de la electricidad en la zona, y por las gestiones que hizo se pudo cumplir con lo programado, no solo con una pantalla y un proyector de excelente calidad, sino además con ¡una planta eléctrica!

Muy significativa fue la participación de Paola Becco y Cesar Cabral en el encuentro del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, con un grupo de cineastas extranjeros y cubanos participantes en el Festival. Gracias a su presencia, el Foro y del cine de animación fueron temas de ese importante momento.

Mención aparte, al igual que en el Primer Foro, merece la asesoría de los proyectos seleccionados. Esta modalidad del evento es siempre especial, porque uno se percata del gran talento que tenemos en Latinoamérica, fuente de mensajes sobre los más variados temas y con ideas que son tan originales como enraizadas en los principales problemas sociales de la región y del mundo. La calidez humana de estos artistas —en su mayoría jóvenes—, que aceptan con humildad ser asesorados, a pesar de estar apasionados con sus proyectos, y que gestionan en sus países, o asumen, el presupuesto para poder viajar a Cuba, es conmovedora.

Este año pudimos sumar más asesores, con la idea de poderles trasmitir a los creadores más sugerencias integrales y especializadas. Conformamos tres mesas con dos tutores en cada una. Por ello debemos agradecerle a Rosana Urbes, quien hizo dúo con Paola; a Ivette Ávila, acompañante de Cesar, y a Aramis Acosta, quien compartió la asesoría conmigo.
Lástima que en el Foro no podamos incrementar la ayudar a estos proyectos en desarrollo. Siempre nos queda el deseo de darles más y de conocer cómo les fue a esas obras y a esos artistas. Por ahora hemos aumentado los premios para continuar las tutorías de algunos de ellos, y gracias a Paola Becco esa ayuda creció con la visita a otros festivales y con la magnífica oportunidad de recibir apoyo en coproducción y distribución, además de tener nuevas asesorías integrales o por especialidades.

No podemos dejar de mencionar a todos los que en el Festival y en los Estudios de Animación del ICAIC hicieron grato y posible el Segundo Foro de Animación. Esa entrega debemos agradecérsela a quienes garantizaron la prestancia y funcionabilidad de las aulas, de los equipos, el transporte, los almuerzos, el café…, y que nos entregaron su afecto a toda hora.

Cuando se disfruta a plenitud la utilidad de lo que hacemos y se trabaja en equipo, el éxito viene adjunto. Y ese puede ser el colofón de estas memorias sobre nuestra segunda cita con el cine de animación latinoamericano. Para el Tercer Foro, que ya empezamos a soñarlo, esperamos contar con la participación añorada de más artistas y proyectos del Caribe. Esperamos que así sea.