Ahora que el otrora cine Atlantic cumplió setenta años de inaugurado y fue sometido a una rigurosa reparación capital, me vino a la memoria el día en que tomó el nombre de Charles Chaplin, hace casi cuatro décadas.
Por suerte contamos con la grabación que se hizo en esa jornada del 20 de julio de 1983, del acto celebrado en el sitio que hasta ese momento y desde 1961 se había llamado Cine de Arte ICAIC.
El acto estuvo presentado por el crítico y promotor cultural José Antonio González (1945-1989), director del Centro de Información del ICAJC, y fundador y conductor del programa de televisión «Historia del cine» desde 1973 hasta 1981, año en que lo asume el crítico Carlos Galiano. José Antonio falleció en 1989 en un accidente aéreo.
Hablaron en la abarrotada sala aquel día, además, uno de los fundadores de la Cinemateca de Cuba y quien fue su director hasta su fallecimiento, Héctor García Mesa (1931-1990); Julio García Espinosa (1926-2016), uno de los fundadores del ICAIC y su presidente de 1982 a 1991, y la hija del genial cineasta Charles Chaplin y destacada actriz, Geraldine Chaplin. Estaban presentes también el fotógrafo y realizador chileno Patricio Castilla, esposo de Geraldine, y el hijo de la actriz, Shane Saura.

Debo señalar como de mayor interés las emotivas palabras de Geraldine Chaplin y el discurso del también cineasta y ensayista Julio García Espinosa, quien expresó en aguda síntesis la significación del arte de Charles Chaplin.
Lo que desde aquel momento sería el cine Charles Chaplin era desde mucho antes la sala emblemática o insignia del cine en Cuba, no solo por formar parte de la edificación donde radicaba el ICAIC, sino porque desde los años sesenta, con la programación de la Cinemateca, se había convertido en un sitio de visita obligada para un amplio sector de la población, principalmente de la juventud, que conocía allí de los principales hitos de la cinematografía mundial. Después, con el surgimiento del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, fue el lugar escogido para realizar los estrenos del cine cubano, y finalmente, para ser el centro de la mayoría de los actos significativos de nuestra cinematografía.
La elección del nombre no podía ser más adecuada: Charles Chaplin. Actor, director y compositor, y uno de los más grandes cineastas de todos los tiempos, Chaplin logró hacer llegar el más alto arte cinematográfico a las mayorías, pero lo que es más importante, íntimamente impregnado de un despejado y puro humanismo.