El cine iberoamericano estará representado en la 54 Quincena de Realizadores del Festival de Cannes —que se realizará del 18 al 27 de mayo—, por tres óperas primas muy personales: 1976,de la actriz chilena Manuela Martelli; Un varón, del director colombiano Fabián Hernández, y El agua, dirigida por la española Elena López Riera, que fuera previamente reconocida en 2019 como proyecto en ciernes en el apartado Cinéfondation, el cual el propio Festival de Cannes dedica al fomento de la creación fílmica de autores emergentes.
Con la actriz Aline Kuppenheim en el rol protagónico, 1976 cuenta esencialmente la historia de una mujer de 49 años, que durante la dictadura pinochetista se siente constreñida y frustrada en su tautológica vida familiar, y se describe como «un thriller político complejo sobre los primeros años sombríos de la dictadura».
La idea inicial de la película «partió de una historia familiar, pero después fue desprendiéndose de la realidad e incorporando elementos de ficción», según comentó la cineasta debutante en reciente entrevista. «Me interesaba meterme en el espacio doméstico durante la época de la dictadura en Chile, y observar, a través de los detalles de la vida cotidiana, cómo se percibía lo que pasaba en el espacio público», detalló Martelli, conocida por sus interpretaciones en cintas como Machuca (Andrés Wood, 2004) e Il futuro (Alicia Scherson, 2013), donde compartió protagonismo con el actor holandés Rutger Hauer.

Un varón tendrá su estreno mundial en la Quincena, dando un definitorio espaldarazo a su realizador Fabián Hernández, quien debuta así por una de las puertas más amplias y expeditas del cine mundial, y declaró en una entrevista que esta resulta una «gran oportunidad para que la película arranque un recorrido en festivales internacionales por todo lo alto» y «es el reconocimiento a un trabajo honesto y con mucho corazón, que hemos venido desarrollando desde hace más de cuatro años».
La historia de la cinta está anclada en las vivencias de este creador en el barrio donde pasó su adolescencia, y que fue recreada fílmicamente en locaciones de Bogotá, como San Bernardo, Santa Fe, El Voto Nacional, la Estanzuela y Las Cruces, con el protagonismo de Felipe Ramírez. Este actor también se estrena en los predios histriónicos con su personaje de Carlos, debatido en medio de circunstancias psicosociales complejas en las calles de la capital colombiana, que lo fuerzan a embozarse, para sobrevivir, en estereotipos sociales y culturales aceptados y jerarquizados en las escalas de valores de esas localidades, aunque estos entren en abierta contradicción con su verdadera naturaleza.
El productor de Un varón, el también cineasta colombiano Manuel Ruiz Montealegre —que ha tenido a su cargo obras como Noche herida (2015) y Tantas almas (2019), ambas dirigidas por Nicolás Rincón, y En el taller (Ana Salas, 2015)— declaró a la prensa que «desde la mirada y el sentir de Fabián, el público va a descubrir una ciudad intensa y compleja, percibida con mucha sensibilidad y pasión. Se trata de un universo humano y urbano único. Esperamos que Un varón sea una contribución a la construcción de un nuevo cine bogotano», auguró con optimismo.

La cineasta española Elena López Riera también lanzará en la liza de Cannes su ópera prima, en la que el público podrá apreciar una historia ambientada durante el verano en un pequeño pueblo del sureste de España. En esa localidad, amenazada por una tormenta que pudiera desbordar catastróficamente el río que la atraviesa, existe una superstición añosa que dicta que algunas mujeres están predestinadas a desaparecer con cada nueva inundación, dado que tienen «el agua adentro».
El agua está protagonizada por Ana, personaje encarnado por la también debutante Luna Pamies, de 17 años, quien vive con su madre (Bárbara Lennie) y su abuela (Nieve de Medina) en una casa mirada por el resto de los pobladores con recelo. Ana conoce a Alberto (Alberto Olmo) en medio de la tormenta eléctrica que anuncia la llegada de las temidas lluvias.
López Riera comentó a la prensa sobre la relación del relato fictivo con su experiencia personal, pues nació en Orihuela, Alicante. Es «un lugar en que se mezclan constantemente la crónica cotidiana con los relatos fantásticos. Me crié en un ambiente predominantemente dominado por mujeres (mi madre, mis tías, mis abuelas, mis vecinas) que pasaban las horas contando estas historias, transmitidas de generación en generación, y que mezclan siempre hechos reales con elementos fantásticos y tradiciones locales», afirmó, y terminó agradeciendo su vocación fílmica a todas estas mujeres de su vida y a la «pasión con la que transmitían cada relato, cada detalle, por la fe con la que narraban cosas increíbles, porque en su forma de hablar no hacían ninguna diferencia entre historia y poesía».

Elena López Riera no es una extraña en Cannes, pues además del premio de fomento otorgado por Cinéfondation a El agua, su primer cortometraje, Pueblo (2015), se estrenó en la propia Quincena de Realizadores, con lo que la autora inició un camino que continúa siete años después, y que la adentra más en el festival francés.
Fundada por la Sociedad de Realizadores de Filmes (SRF), la Quincena es una sección del Festival de Cannes que busca «descubrir películas de jóvenes autores y saludar las obras de directores reconocidos», y ha devenido un cardinal espacio de exhibición y confrontación, al igual que otros importantes apartados del Festival, como Una Cierta Mirada.
La Quincena 54 será inaugurada con L’envol, la nueva película del director italiano Pietro Marcello (La boca del lobo, Bella y perdida, Martin Eden, Por Lucio), cuyo relato está libremente inspirado en el cuento «Las velas escarlatas», de Aleksandr Grin, y según promocionan sus gestores, «es un cuento popular, musical e histórico, en la frontera del realismo mágico», protagonizado por la joven Juliette (Juliette Jouan) y su padre Raphaël (Raphaël Thiery), «un soldado que sobrevivió a la Primera Guerra Mundial», con quien, de acuerdo con la sinopsis oficial, la muchacha ha crecido sola. «Apasionada por el canto y la música, la joven solitaria conoce un verano a un mago que le promete que un día llegarán velas escarlatas para llevársela a su pueblo. Juliette nunca dejará de creer en la profecía».
El evento homenajeará por toda su obra a la directora estadounidense Kelly Reichardt (Meek’s Cutoff, First Cow), quien a su vez integra la selección oficial de Cannes 75 con su más reciente producción cinematográfica de largometraje, Showing Up. Las nuevas películas del portugués João Pedro Rodrigues (Will-o’-the-Wisp) y del novelista inglés Alex Garland (Men) son otras de las grandes promesas que entre sus 24 cintas tiene la 54 Quincena de Realizadores para los públicos cinéfilos más exigentes, que podrán apreciar además un total de 18 óperas primas que enuncian el futuro del cine.
Selección de la 54 Quincena de Realizadores
L´envol, de Pietro Marcello
1976, de Manuela Martelli
El agua, de Elena López Riera
The Dam, de Ali Cherri
The Super 8 Years, de Annie Ernaux y David Ernaux-Briot
Ashkal, de Youssef Chebbi
The Five Devils, de Léa Mysius
De Humani Corporis Fabrica, de Véréna Paravel y Lucien Castaing-Taylor
Continental Drift (South), de Lionel Baier
Enys Men, de Mark Jenkin
Falcon Lake, de Charlotte Le Bon
Will-o’-the-Wisp, de João Pedro Rodrigues
Funny Pages, de Owen Kline
God’s Creatures, de Anna Rose Holmer y Saela Davis
Harkis, de Philippe Faucon
Men, de Alex Garland
The Mountain, de Thomas Salvador
Pamfir, de Dmytro Sukholytkyy-Sobchuk
The Green Perfume, de Nicolas Pariser (película de cierre)
Paris Memories, de Alice Winocour
Under the Fig Trees, de Erige Sehiri
One Fine Morning, de Mia Hansen-Løve
Un varón, de Fabián Hernández