Las películas iberoamericanas Tenéis que venir a verla (Jonás Trueba, 2022), de España, y la coproducción hispano-argentina La piedad (Eduardo Casanova, 2022) ganaron los respectivos premios especiales de los jurados de la competencia oficial y la sección Próxima de la edición 56 del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary (KVIFF), celebrado en esa ciudad checa del 1 al 9 de julio de 2022, mientras Summer with Hope (2022), de la directora iraní Sadaf Foroughi (Ava), coproducida entre su país de origen y Canadá, se alzó con el Globo de Cristal.

El jurado de la competencia oficial del segundo festival de cine más antiguo de Europa otorgó al sexto largometraje de Trueba (Todas las canciones hablan de mí, Los ilusos) su premio especial, que resulta el segundo más importante del evento, tras el Globo de Cristal. Tenéis que venir a verla «insinúa, defiende una idea de convivir, de cómo convivimos en el mundo, de que tenemos que aceptar las diferencias, ya que muchos no piensan como nosotros, y ellos también deben aceptarlo, y eso cuesta mucho», declaró Trueba en una entrevista con la agencia EFE.
La película despliega en pantalla un relato mínimo contextualizado en los peores momentos de la pandemia de la COVID-19, pletóricos de restricciones, soledades y claustrofobias, que logró rodarse en apenas ocho noches con los actores Vito Sanz, Itsaso Arana, Francesco Carril e Irene Escolar, y un breve equipo.

Según explicó Trueba en otra entrevista con Cinespain, durante el estreno mundial de la cinta en el festival Lo que Viene, esta se rodó durante tres noches de diciembre de 2020 «y nos volvimos a juntar a finales de primavera de 2021. Una película hecha en dos quedadas, un poco lo que ves en la película. La sensación de dos encuentros, que son los de los personajes, pero también del equipo», lo que hace que Tenéis que venir a verla, de apenas una hora de duración, contraste intensamente con el previo largometraje de Trueba, Quién lo impide (2021), cuya filmación se extendió durante cinco años y dura tres horas y media.
Trueba aclara que no cree que su premiada obra sea una película sobre la pandemia. «Ni me apetecía hacer una película sobre ello. Nace de ella y está hecha en medio de ella, y me gusta que sea así. Como cuando ves una película de los años cuarenta y hay información que te resulta curiosa sobre cómo hacían las cosas o no», añade.

La actriz Itsaso Arana comentó sobre la experiencia, en una entrevista con la emisora radial española Onda Cero, que la película ayuda a entender la elipsis que muchos han aplicado a la etapa de confinamiento durante la pandemia, mediante una especie de «amnesia colectiva. Cuando el mundo paró y de pronto seguíamos vivos, aunque no todo el mundo, tristemente. Vimos que podíamos vaciar la vida y que tampoco es tan malo estar con una misma».
Por su parte, La piedad, segunda incursión del también actor Eduardo Casanova (Pieles) en el largometraje como realizador, obtuvo el premio especial del jurado en Próxima, sección donde primó el documental checo Art Talent Show (Adéla Komrzý y Tomáš Bojar, 2022). Esta nueva sección competitiva del KVIFF sustituye a la previa Al Este del Oeste, y redirecciona su concepción hacia los realizadores noveles o ya con obra consolidada que buscan redefinir sus presupuestos creativos.

La piedad está protagonizada por la veterana actriz española Ángela Molina —mítica protagonista de Ese oscuro objeto del deseo (1977) de Luis Buñuel— en el rol de Libertad, y por Manel Llunell como su hijo Mateo. Según declarara su director a Fotogramas, la cinta «habla de lo más tóxico que puede llegar a ser el ser humano a través de la relación de una madre y un hijo», y desde el mismo inicio de su rodaje declaró al medio Shangay que era el proyecto más importante de su carrera, y por el coste que ha tenido para su vida y su salud «es lo más parecido a lo que sucede cuando te explotas un grano de pus y sale toda la mierda afuera. Duele mientras lo estás apretando y esperas a que salga todo, y tarda en cicatrizar». Pero aseveró: «Mi vida, profesional y personal ha sido un ensayo para prepararme de cara a esta película».
Disímiles retrasos y obstáculos impidieron que la protagonista de la cinta fuera Ana Belén, como estaba inicialmente planificado. El arribo de Ángela Molina supuso finalmente una ganancia para La piedad, pues Casanova la calificó como «la mejor actriz del mundo, la más generosa. Estoy enamorado de ella. Es una leyenda del cine, y poder trabajar con ella en algo tan arriesgado ha sido un regalazo», según expresó a Fotogramas.
Molina comentó a la propia publicación que «el rodaje ha sido muy intenso y en poco tiempo. Nos hemos tenido que administrar muy bien y estar muy concentrados», y describió al director de 31 años como «un ser que ama su oficio y lo vive apasionada y libremente. Una persona excepcionalmente buena».
La ganadora del Globo de Cristal, Summer with Hope, segundo largometraje de Sadaf Foroughi, también montadora y videocreadora, propone un relato de discriminación y emancipación protagonizado por un joven campeón de natación que establece estrechos nexos emotivos con su entrenador, ganándose la desaprobación de todo su entorno social.

Según escribió el crítico Guy Lodge en Variety, «en un momento tardío de Summer with Hope, cuando los diversos muros de conflictos de la película se cierran amenazadoramente entre sí, y la cámara aparentemente se ha rendido a un estado de penumbra permanente, la madre agonizante de nuestro protagonista pronuncia una línea que podría ser la sinopsis de un millón de thrillers y melodramas previos: “Vinimos por una simple razón”, suspira, “y se complicó”. Sin embargo, desde el punto de vista de la audiencia, nada en la elegante y cada vez más trágica segunda película de Sadaf Foroughi es tan simple como les parece a los personajes. El filme a menudo nos deja literalmente en la oscuridad, reuniendo eventos y circunstancias claves en una historia aparentemente sencilla, sobre un nadador adolescente y sus mayores, inmersos en el resultado de clasificatorios nacionales cruciales, que está doblada y fracturada por la política y códigos sociales tácitos del Irán moderno».
Palmarés del 56 Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary
Competencia oficial
Globo de Cristal a la mejor película: Summer with Hope, de Sadaf Foroughi (Irán-Canadá)
Premio especial del jurado: Tenéis que venir a verla, de Jonás Trueba (España)
Mejor dirección: Beata Parkanová, por The Word (República Checa)
Mejor actriz: Taki Mumladze y Mariam Khundadze, por A Room of My Own de Ioseb Bliadze (Georgia)
Mejor actor: Martin Finger por The Word
Sección Próxima
Premio a la mejor película: Art Talent Show, de Adéla Komrzý y Tomáš Bojar (República Checa), Documental
Premio especial del jurado: La piedad, de Eduardo Casanova (Argentina-España)
Premio especial del jurado y mención especial: The Uncle, de David Kapac y Andrija Mardesic (Croacia-Serbia)
Premios colaterales
Premio FIPRESCI de la competencia oficial: Borders of Love, de Tomasz Wiński (República Checa-Polonia)
Premio FIPRESCI de la sección Próxima: Art Talent Show de Adéla Komrzý y Tomáš Bojar (República Checa)
Premio del Jurado Ecuménico: A Provincial Hospital, de Ilian Metev, Ivan Chertov y Zlatina Teneva (Bulgaria-Alemania), Documental
Europea Award Cinema Label: Fucking Bornholm, de Anna Kazejak (Polonia)
Premios de honor
Geoffrey Rush, por su contribución artística al mundo del cine
Benicio del Toro, premio del presidente del festival
Boleslav Polivka, premio del presidente del festival por su contribución al cine checo