El silencio, solo opacado por el débil ronroneo del equipo de climatización, caracteriza este lugar, paradójicamente con tantos y diversos sonidos de épocas y lugares distintos. Ha sido preciso tenerlos aquí para, llegado el momento, la producción cinematográfica logre hacer uso de ellos.
El archivo de sonido es como si fuera un arca, un espacio de resguardo, de conservación de aquello que se valora y se necesita. Contrario a su similar bíblico de proteger una selección de mandamientos, el concepto de nuestra arca es que todo vale, que cualquier fonograma puede ser finalmente útil, solo hay que esperar el momento.
En esta sección iremos revelando en forma sucesiva muchos de estos registros sonoros, para así sustraerlos de ese, a veces largo, oscuro e injusto letargo.
Hace casi tres décadas, un día, Enrique Pineda Barnet (1933) me hizo entrega de una colección de discos que recogían su paso y el de otras figuras por la radiodifusión cubana. Eran placas de acetato de doce pulgadas de diámetro con soporte de aluminio, grabaciones únicas y no copias como el resto de los discos comerciales. Entre estas había una muy interesante, ya que mostraba a Enrique en una faceta poco conocida, y además acompañado por uno de los grandes músicos cubanos.
Enrique Pineda Barnet, cuarenta años antes de su consagración con La bella del Alhambra, hizo esta grabación en la emisora RHC Cadena Azul, situada en la calle Prado no. 53, cuando solo contaba dieciséis años. Al piano, el célebre compositor Orlando de la Rosa (1919-1957) autor de «Nuestras vidas», «Anoche hablé con la luna» y de la hoy muy conocida «La mazucamba», entre otras.
El muy joven Enrique Pineda Barnet interpreta «La vida en rosa» tres años después del estreno por Edith Piaf.