Como una pausa en mi obsesivo andar por el reino de la sonoridad, impuesto en este arqueo permanente, sorpresivamente encontré la primera referencia importante a Alicia Alonso (1920-2019) en la prensa, o más bien a Alicia Martínez, como la mostraba la revista Carteles del 4 de septiembre de 1932. La entonces niña de once años era una de las alumnas más destacadas del profesor Nikolai Gavorski, un antiguo miembro del ejército imperial ruso, quien después de combatir durante tres años a la revolución triunfante emigró, y cuando la compañía de ballet que lo trajo América se desintegró, viajó a La Habana y se incorporó al claustro de la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro Arte Musical.
Traemos la grabación del trabajo periodístico realizado casi dos décadas después, el 15 de octubre de 1951, por Germán Pinelli, alguien ya conocido en esta sección, reportero estrella del Noticiero CMQ con el suplemento «La entrevista de hoy», donde Alicia Alonso relata sus impresiones tras su regreso de la gira por Estados Unidos con la compañía de ballet que llevaba su nombre.
Esta entrevista es de especial interés, porque ya la artista no era integrante del American Ballet Theatre, sino la primera figura del Ballet de Alicia Alonso, y donde interpretaba también obras de autores cubanos.
Quisimos asociar ambos eventos, muy alejados, pero tan reveladores, el de los inicios y el de la consagración, como un testimonio de imperecedero reconocimiento en ocasión de los cien años del natalicio de una gloria del arte cubano de todos los tiempos.