Pues sí. Existen premios al espíritu independiente. Se llaman Independent Spirit Awards y recientemente se anunciaron los nominados para su edición número 37, en ceremonia previa a una gala de entrega que ocurrirá el 6 de marzo del año próximo, y que será televisada, como ocurre desde 1994, por el Independent Film Channel (IFC).
Los premios fueron fundados en Estados Unidos en 1984 para honrar la tenacidad y el talento de los jóvenes directores, o de aquellos que alientan la utopía de sostener la creatividad, la frescura, el realismo, y mantenerse más o menos distantes de la sujeción impuesta por la industria y el mercado. Para refrendar tales intenciones, se otorgan, además de los galardones por especialidades, el premio John Cassavetes al escritor, al director y al productor de la que se considere la mejor realización con un presupuesto inferior al medio millón de dólares, y el premio Robert Altman, que se entrega al director, al director de casting y al elenco de la que se elija como mejor película en esos apartados.

Los nominados de este año resultan, como puede percibirse, dignos herederos del legado de independencia artística cimentado por realizadores como John Cassavetes y Robert Altman, dos de los más extraordinarios y emancipados autores del cine norteamericano. Antes de comentar las nominaciones, valga aclarar también que el Independent Spirit Award contribuyó al espaldarazo mundial de algunos de los mejores filmes norteamericanos de los últimos tiempos, como, en los años ochenta, After Hours (Martin Scorsese), Platoon (Oliver Stone) o Sex, Lies and Videotape (Steven Soderbergh). En la década siguiente, el premio ya se contaba entre los más publicitados del año, sobre todo luego de reconocer dos filmes de Robert Altman (The Player, Short Cuts), además de Pulp Fiction y Fargo, obras de Quentin Tarantino y los hermanos Coen, respectivamente. Mientras tanto, el premio a la mejor primera obra, intrínsecamente ligado a la esencia de estos premios, fue a manos de Quentin Tarantino por Reservoir Dogs y de Robert Rodríguez por El mariachi, por solo mencionar dos de los que luego se transformaron en directores estrellas.
A lo largo de las dos primeras décadas del siglo XX, los Independent Spirit se acercaron cada vez más al Óscar; o dicho con mayor exactitud, el Óscar acunó, cada vez con más frecuencia, los filmes laureados por el Independent Spirit. Fueron premiados la taiwanesa Tigre y dragón (una de las pocas películas extranjeras, junto con la francesa El artista, reconocidas por un galardón que también prefiere quedarse en Norteamérica), Perdidos en Tokio, Brokeback Mountain, 12 años de esclavitud, Birdman or The Unexpected Virtue of Ignorance, Spotlight y Nomadland.

¿Y qué sentido puede tener un premio que reconoce el cine independiente, pero que cada año se identifica más con el Óscar? Pues ocurre que, en las listas de sus nominados, y en el premio a la mejor ópera prima, se van localizando los nombres de los creadores y los filmes que poco a poco se convierten en importantes y consagrados, como ocurrió recientemente con la excelente película de horror La bruja, por ejemplo.
En cuanto a las nominaciones de este año, la mayor cantidad de postulaciones, siete en total, recayeron en Zola, nominado en los acápites de mejor película, dirección (Janicza Bravo), guion (escrito por la directora junto con Jeremy O. Harris), actriz protagónica (Taylour Paige, por su papel como Aziah «Zola» King), actor secundario (Colman Domingo) y también en las categorías de fotografía y edición. Clasificada como comedia criminal y de humor negro, el filme se basa en una cadena de tuits colocados en la red social por Aziah «Zola» King, y el guion también asume numerosos elementos del artículo publicado por la revista Rolling Stone con el largo título de «Zola Tells All: The Real Story Behind the Greatest Stripper Saga Ever Tweeted», o lo que es casi lo mismo: «Zola lo confiesa todo: la verdadera historia detrás de la más grande saga de estríperjamás tuiteada».

Por supuesto, Zola es la historia de una camarera, y también estríper de Detroit, que es convencida por una amiga de que viaje a Tampa, Florida, para ganar más dinero, y allí decide utilizar una red de prostitución anunciada en internet. En 2015, el personaje real posteó 148 tuits sobre el viaje que realizó a Florida junto con una estríper llamada Jessica, y la historia se hizo viral gracias al morbo que contenía en cuanto a los detalles sobre el ejercicio de la prostitución, e incluso del asesinato y el suicidio de varios personajes. Después apareció el artículo en la Rolling Stone, con entrevistas a varios protagonistas de la historia, y de inmediato se anunció una versión cinematográfica que dirigiría James Franco, pero se engavetó cuando el actor y director fue acusado de conducta sexual inapropiada. Entonces el proyecto llegó a las manos de la directora, productora y guionista de ascendencia panameña Janicza Bravo, cuyo corto de ficción precedente, Gregory Go Boom, ganó el premio máximo en su categoría en el Festival de Sundance.
Zola está seguida de cerca, en cuanto al número de nominaciones, por The Novice y The Lost Daughter (La hija oscura), que compiten también en las principales categorías: mejor filme y dirección, y además alcanzaron destaques singulares, en tanto The Novice se hizo notar en las categorías de mejor edición, actriz protagónica (Isabelle Fuhrman) y secundaria (Amy Forsyth), y The Lost Daughter compite entre los mejores guiones (escrito por la actriz Maggie Gyllenhaal, quien es también la directora) y consiguió una postulación para Jessie Buckley como actriz secundaria. Sintomáticamente, ninguna de las dos películas consiguió la nominación como mejor fotografía.

Aunque algunos lo crean, The Novice nada tiene que ver con órdenes religiosas ni consagraciones a la fe cristiana. Aquí el término está usado en otra acepción, pues designa a una persona aprendiz, bisoña o principiante en una actividad o arte. El argumento describe la integración de la protagonista al equipo de remo en la universidad a la que llega, y más que todo exhibe su obsesión por llegar a ser la mejor en la especialidad, a cualquier costo. Concebida en los códigos del thriller oscuro y el horror, significa el debut de Lauren Hadaway, quien también escribió esta película, que ya ganó el premio al mejor filme norteamericano narrativo en el Festival de Tribeca, también especializado en el cine independiente.
Basada en la novela homónima de Elena Ferrante, y ópera prima como directora de la actriz Maggie Gyllenhaal, The Lost Daughter es un drama psicológico cuyo guion fue laureado como el mejor entre los que competían en el más reciente Festival de Venecia, donde su estreno mundial fue saludado con una ovación de cuatro minutos, con el público de pie. Una mujer de vacaciones se obsesiona con otra mujer y su hija, en tanto ambas le recuerdan sus años mozos, y la remembranza la perturba profundamente. Tiene un reparto estelar, en el cual se incluyen Olivia Colman, Jessie Buckley, Dakota Johnson y Peter Sarsgaard.

Este filme no solo ostenta el premio en Venecia (con escasa influencia sobre la crítica o los públicos norteamericanos), sino que también ganó el premio a la mejor primera película del New York Film Critics Circle, que la eligió entre los mejores diez filmes del año, y el Globo de Oro le extendió su certificado de legitimidad cuando nominó a Gyllenhaal entre los mejores directores del año, y a la multipremiada Colman entre las mejores actrices de drama. De este modo, se abre el camino de The Lost Daughter hasta el Óscar, en tanto la Academia adora este tipo de filmes independientes, que apelan a la tragedia, y con un elenco repleto de estrellas. Y, además, a Gyllenhaal se le pueden atribuir muchos rangos, menos el de desconocida. Hija de los cineastas Stephen Gyllenhaal y Naomi Achs, y hermana del muy reconocido actor Jake Gyllenhaal, se consagró con los protagónicos de Secretary (2002) y Sherrybaby (2006), además de que ha figurado en taquillazos como The Dark Knight (2008), de Christopher Nolan, en teatro y en televisión.
Además de Zola, The Novice y The Lost Daughter, el conjunto de filmes nominados como mejores del año se completa con la película italiana, actuada por intérpretes no profesionales, A Chiara, de Jonas Carpignano, y por el drama en blanco y negro C’mon C’mon, de Mike Mills. La primera de las mencionadas es la tercera parte de la trilogía ambientada en un pueblo de Calabria. El filme comienza con la reunión de la familia Guerrasio para celebrar los dieciocho años de la hija mayor de Claudio y Carmela. La cumpleañera mantiene una enconada rivalidad con su hermana pequeña, Chiara, quien decide investigar el pasado de su familia, luego de una serie de sospechosos acontecimientos, y así descubre vínculos con la mafia y el bajo mundo.

Mike Mills, el director del drama filial C’mon C’mon, es bastante conocido por sus trabajos precedentes en el video musical, el diseño gráfico para discos, y por sus filmes Beginners (2010) y 20th Century Women (2016), este último nominado al Óscar como mejor guion. C’mon C’mon está realizado en blanco y negro y protagonizado por el increíble Joaquin Phoenix en el papel de un periodista radial que recorre el país entrevistando a niños sobre el modo en que viven y sus sueños para el futuro. Luego, decide ayudar a su hermana y a su sobrino, con quienes establece una relación estrecha, aunque plena de conflictos.

En el apartado internacional, donde son inútiles las clasificaciones entre cine independiente e industrial de acuerdo con un límite presupuestario establecido a partir de la realidad norteamericana, quedaron nominadas dos películas que seguramente también llegarán al Óscar, la japonesa Drive My Car (Ryusuke Hamaguchi) y la española Madres paralelas (Pedro Almodóvar). Pero caracterizar el cine del resto del mundo, que solo se asoma en los Independent Spirit, precisaría de otro artículo parecido a este, para prestarle la atención que merece.